Insistimos nuevamente ya que las estatinas, uno de los fármacos más utilizados para reducir el colesterol resultan peligrosos además de inútiles, como muestran varios estudios dedicados a este tema, lo hemos denunciado ya en numerosas ocasiones sin que Ia mayoría de los médicos y pacientes lo asuma. Pues bien, un reciente estudio publicado en Archives of Internal Medicine corrobora que no existe prueba alguna que avale la supuesta capacidad preventiva de las estatinas en pacientes sanos con alguno de los denominados factores de riesgo. Y encima en febrero de 2009 se relacionó a las estatinas con Ia diabetes; y en marzo con disfunciones hepáticas, renales y cataratas. Esto es motivo suficiente para que cada vez más entendidos expertos se animen a denunciarlo. Entre ellos la licenciada en Biofísica en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology Ia doctora Stephanie Seneff.
La discrepancia que existe en el ámbito médico y científico sobre el papel de los tratamientos con estatinas es ya antigua a pesar de que Ia mayoría de los médicos sobre todo los de Atención Primaria no se hayan enterado.
A toda esta controversia surge La Red Internacional de Escépticos del Colesterol (THINCS) (www:thincs.org/index.htm, formada en su mayoría por un alto y amplio grupo de científicos, médicos, académicos y escritores sobre temas científicos y de salud de varios países, afirman en su representación, tener puntos de vista diferentes sobre la causa de la aterosclerosis y Ia enfermedad cardiovascular algunos de ellos en conflicto con otros, aunque eso es algo habitual en ciencia.
Todos comparten en cambio el escepticismo de que el alto nivel de colesterol y Ia grasa animal sean causa de la aterosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares. Mi objetivo únicamente es el de informar , tras leer muchos artículos dedicados a este tema y mantener informado a toda aquella persona interesada de que tal idea no se basa ni apoya en evidencia científica alguna que lo demuestre; es más un gran número de estudios científicos efectuados en los últimos años contradice eso abiertamente.
El investigador de la Universidad de Cambridge y cardiólogo el doctor Kausik Ray presento recientemente un estudio publicado en Archives of Internal Medicine en el que se analizaron los datos sobre mortalidad, por todas Ias causas posibles, de 11 ensayos controlados y aleatorios sobre tratamientos con estatinas entre 1970 y 2009 que fueron realizados sobre personas libres de enfermedad cardiovascular.
Este estudio de investigación concluye que entre más de 65.000 personas sanas y sin antecedentes de problemas cardíacos pero con factores de riesgo tradicionales en el tratamiento con medicamentos para bajar su colesterol no disminuyó significativamente, el riesgo de muerte, por cualquier causa, en un promedio de cuatro años.
“Nuestros resultados —se dice en Ias Conclusiones- refuerzan La idea de que no es probable que sea dañina la reducción de los niveles de lípidos en una población de muy alto riesgo pero es probable que los beneficios sobre Ia mortalidad sean más modestos de lo que se cree
El estudio concluyó también que de los datos analizados no se desprende tampoco una relación clara entre el promedio de LDL y la reducción de mortalidad (por todas las causas). Estas conclusiones llevarían a Kausik, dados los graves efectos secundarios que comporta el consumo de estatinas, a posicionarse abiertamente contra su uso como preventivo, incluso en el caso de pacientes de alto riesgo.
Si alguien duda de este estudio añadiremos que en uno de los editoriales de Annals of Internal Medicine que acompañan al estudio de Kausik el doctor Lee Green lo describe como el meta análisis más completo sobre el descenso farmacológico de lípidos en prevención primaria. “Este meta análisis pone de manifiesto —afirma en ese texto- que a corto plazo, para Ia prevención primaria, el beneficio es muy pequeño. Y a largo plazo, aunque los defensores de ambas partes tratarán de convencernos de lo contrario, realmente hay que admitir que no lo sabemos”.
En suma, estamos alcanzando finales 2016 y no hay un solo estudio en el mundo que avale que las estatinas previenen los accidentes cardiovasculares. Algo que muchos investigadores y científicos llevan tiempo diciendo. Ron Rosedale MD es un profesional de la medicina, especializado en medicina nutricional y metabólico cuyas áreas de trabajo clave son la diabetes y la dieta. También es el autor del libro de la dieta Rosedale. Él es alumno de la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern, 1977. Tiene su base en Denver , Colorado . Ron Rosedale especialista en nutrición internacionalmente conocido y autor del libro El colesterol no es Ia causa de las enfermedades del corazón, ha escrito: “Un error que raramente se comete en ciencias puras como la Física parece cometerse con frecuencia en Medicina”. Y es confundir Ia correlación con Ia causa. Porque que haya una débil correlación entre el colesterol alto y los ataques cardíacos no significa que el colesterol alto sea Ia causa del ataque cardíaco. Si una persona tiene canas puede decirse que las canas están, correlacionadas con el envejecimiento, pero pienso que nadie le llamaría viejo a un muchacho de 25 años que está empezando a tener canas, por tanto las canas no son la causa del envejecimiento.
De igual manera los tintes que usan las mujeres para ocultar las canas no les hacen realmente más jóvenes aunque, pudieran parecerlo, así podríamos decir que” bajar el colesterol tampoco evitaría un ataque cardiaco”
Desgraciadamente pocos médicos en nuestro país parecen entender siquiera esta lógica tan simple.
Obviamente el estudio de Kausik no ha sido la única alarma en sonar. En febrero pasado un metaanálisis publicado en The Lancet encontró un pequeño -pero significativo- riesgo de diabetes por el uso de estatinas. Aunque, una vez más, las partes interesadas que ya vamos sabiendo quienes son “lo minimizaron por el supuesto beneficio” de su consumo. Y apenas tres meses después un nuevo estudio en el que participaron dos millones de pacientes aparecido en la edición on line, del 21 de mayo de British Medical Journal reveló que además delos conocidos problemas musculares existen otros “efectos adversos potenciales de las estatinas, principalmente miopatía (un problema muscular), insuficiencia renal aguda, disfunción hepática y cataratas’.
EI problema es que todos esos efectos secundarios -y los ya descubiertos y aceptados- no les parecen suficiente motivo a los médicos para dejar de recetar estatinas porque creen —Ia mayoría de buena fe- que compensa ya que “su beneficio está constatado”. “Beneficio” que no es otro que el de ‘reducir el riesgo de enfermedad cardiaca” cuando tal cosa, tal creencia, no se basa científicamente en NADA. Es simplemente una falacia diseñada por las multinacionales Farmacéuticas y para su propio beneficio.